Tras el Hackathon Innova&Acción Business Challenge, ahora nosotros tenemos un reto. Y no es fácil. Poner en palabras, en valor, todo lo que ocurrió en las 24 horas de trabajo intensivo e incansable no es sencillo, porque fue algo más que trabajo e intelecto. Fue algo más que reunir equipos multidisciplinares para resolver seis retos de seis empresas. Fue pasión, emoción, energía a raudales.
Pero antes de narrar todo lo acontecido allí, nos gustaría narrar todo lo que nadie vio, lo que no se sabe de un evento de esta envergadura. Lo primero, encontrar a las empresas que estuvieran dispuestas a abrirse en canal. No todas cuentan con un equipo dentro con la amplitud de miras y espíritu innovador suficiente para darse cuenta de que este tipo de dinámicas de trabajo generan ideas revolucionarias que pueden suponer un antes y un después en su trayectoria.
Por suerte, contar con un foro como Innova&Acción nos acerca a empresas que no solo están familiarizadas con las metodologías de innovación abierta usadas en estos eventos, sino que tienen ganas de ponerlas en práctica más allá de sus oficinas. Miarco, SPB, Rusticae, Zumex, Grupo Alimentario Citrus; gracias por vuestra disposición, vuestra capacidad de sorpresa y valentía. Gracias a vosotros pudimos hacer realidad este Hackathon.
De forma paralela, nuestro equipo se encargó de encontrar a los participantes adecuados. No se trataba solo de disponer de un perfil de diseñador industrial, de un matemático o de un especialista en marketing. También había que dar con personas con pasión, ganas de esforzarse en tiempo récord, capacidad de trabajo en equipo y habilidades suficientes como para poder hacer de cada uno de los grupos una máquina bien engrasada.
Podemos dar fe de que es una tarea meticulosa, compleja y muy muy costosa, pero satisfactoria de forma exponencial. Creamos equipos de trabajo que eran auténticos tanques de conocimiento y talento, que sorprendieron y conquistaron a todos los que les vieron en marcha.
Faltaba el nexo de unión entre empresas y participantes; los mentores y colaboradores. Buscamos perfiles senior, con la experiencia y la capacidad necesaria para dirigir los equipos y sacar el mejor rendimiento posible. Ramón Puchades, Juan Pastor, Jorge Segado, Andrés San José, Jonás Carró y Nacho Mas fueron los elegidos para capitanear los equipos con la inestimable ayuda de Camila Hurtado, Juanjo Ripollés, Catalina Valencia, Julia Campayo, Carlos Romero y Víctor Donet. Sin ellos, hubiera sido imposible canalizar conocimiento, talento y energía en buena dirección.
Teniendo empresas, retos y participantes, solo quedaba que llegara el Hackathon. Poder ponerlo en marcha en un espacio de excepción como es la Escuela Superior de Arte y Diseño Barreira, en su sede de Gran Via Ferran el Catòlic, fue todo un acierto. Nos sentimos como en casa gracias a su amabilidad, su disposición y su acogida sin condiciones. Mención especial a todo su personal por tomar el Hackathon como propio y por ilusionarse y ayudar sin dudarlo. Nos sentimos inspirados y arropados, algo necesario en un evento así.
Y de pronto, llegó el 21 de septiembre. Nuestra maquinaria logística estaba engrasadísima y con ganas de ponerse en marcha. Las puertas de Barreira se abrieron y llegaron participantes y empresas, que vestidos de azul y blanco, junto con sus acreditaciones, iban mirándose sin saber a qué se iban a enfrentar muy poco tiempo después.
Unas brevísimas presentaciones en común de las compañías, designación de equipos y comenzó la feria de las empresas, en las que explicaron de forma más detallada a cada uno de los equipos su trabajo diario y sus retos. Ahí comenzaron a saltar las primeras chispas de genialidad. Los participantes dejaron ver su talento a través de las preguntas y las dudas a plantear y las empresas empezaron a ‘encapricharse’ de algunos de los perfiles. La buena noticia es que ese ‘emparejamiento’ nosotros lo habíamos hecho a conciencia y las compañías vieron con satisfacción que muchos de sus favoritos estaban en sus equipos de trabajo.
Tras la feria de las empresas, pistoletazo de salida haciéndonos una foto en grupo. Como bien contamos en redes sociales, ahí aún no sabíamos que nos íbamos a convertir en una gran familia. Después de la foto cada equipo comenzó el trabajo en su sala, sin dejar de mirar el reloj puesto que a las 21h las empresas iban a evaluar las ideas nacidas en esas primeras horas.
Antes de esa primera presentación, una sorpresa. Nuestra experiencia nos decía que mantener los ánimos de los participantes era clave y por ello, diseñamos una serie de intervenciones cada pocas horas con el objetivo de calmarles, animarles, relajarles o hacerles reír, según las necesidades de trabajo.
Nuestra coach Ana Pons unió a los participantes en la zona común y el ruido de las olas y las velas encendidas, así como las respiraciones en grupo, hicieron su magia. Los chicos estaban excitadísimos, nerviosos, ansiosos. Y tras la dinámica, los ánimos estaban en el estado perfecto para poder presentar sus ideas a las compañías sin esa excitación extra.
La llegada de la cena fue una explosión de personas saliendo de todas las salas. Tanto Grupo Alimentario Citrus como Zumex se encargaron de que los participantes tuvieran a su disposición comida sana y zumo fresco durante toda la jornada. Y los chicos dieron buena cuenta de ello. Y por cierto, Miarco, por su parte, llenó Barreira con su material adhesivo para facilitar el trabajo de prototipado.
Tras la presentación, la adrenalina salía a borbotones y necesitaba ser canalizada. Ana Pons volvió a reunirles en la sala común y se puso en marcha una de las dinámicas más divertidas, perfecta para las horas de trabajo que tenían por delante.
Esta actividad dio pistoletazo de salida a las horas más duras de trabajo. Los mentores y colaboradores dirigieron la actividad de sus equipos, ayudaron en otros, animaron, pulieron, discutieron y ayudaron a dar forma a todo el talento y creatividad presente en cada sala. Hubo momentos de tensión, de agobio, cansancio, bloqueo. Pero también de ánimos, de abrazos en grupo, de echar una mano donde hiciera falta, de palmadas en la espalda y de comer chucherías a manos llenas. Y sobre todo, de varias dinámicas, a las 2 y a las 7 de la mañana, para hacer equipo y animar a los participantes.
Con la llegada de los primeros rayos de sol llegó también el desayuno. Quedaban apenas cinco horas para presentar las ideas al jurado y los cafés, zumos y bollería se consumían a la misma velocidad que los dedos corrían por los teclados y que las presentaciones se ensayaban una y otra vez para evitar fallos.
A las doce de la mañana llegaron los integrantes de las empresas con muchas más ganas que el día anterior. Ya se habían dado cuenta de lo que los participantes eran capaces de hacer y querían comprobar por ellos mismos hasta dónde habían podido llevar su talento. No quedaron decepcionados.
Y por fin, a mediodía, nos reunimos todos en la sala común. La tensión podía tocarse. Unos más tranquilos que otros, pero todos con ganas de enfrentarse al jurado, al que no conocían y que no sabían qué iba a opinar (y preguntar) sobre cada uno de los proyectos.
Bruno Broseta, Javier Echaleku y Victoria Majadas fueron los jueces de esa II Edición del Innova&Acción Business Challenge y presenciaron sorprendidos el resultado de toda una noche de trabajo por parte de cada uno de los equipos. Las presentaciones fueron sucediéndose una detrás de otra y hubo momentos para las risas, la admiración, la sorpresa y los codazos. A pesar de haberles visto trabajar de cerca, todos nos sentimos asombrados y orgullosos de lo que se había gestado durante la noche.
Vimos equipos cohesionados, unidos, orgullosos de su esfuerzo y del resultado de su talento. Ver cómo se chocaban las manos, cómo se calmaban entre ellos, como se animaban y se ayudaban, cuando 24 horas antes eran perfectos desconocidos, para nosotros fue un regalo.
Da Vinci, equipo que trabajó el reto de la empresa Miarco, se alzó con el galardón. 3.000€ a una idea que seguro revoluciona la empresa y la forma de trabajar que tiene. Las caras de felicidad de los participantes hicieron que valiera la pena todo el esfuerzo que había detrás del Innova&Acción Business Challenge.
Fueron 24 horas extenuantes, de las que salimos como de un viaje en el tiempo, física y mentalmente agotados. Solo el paso de los minutos, ya en soledad, abrió paso a las imágenes de la jornada vivida un rato antes. Y con los días, una certeza. La II Edición del Innova&Acción Business Challenge fue mágica, brutal, brillante, desorbitada. Cuando llegue la III Edición, el próximo 27-28 de septiembre, seguro que la supera.
Una experiencia irrepetible y un verdadero desafío para todas aquellas personas que creen en el poder transformador de la innovación.
Felicidades por la organización y por el fabuloso texto.
Por segundo año consecutivo, enhorabuena al equipo ganador, mil gracias a la organización y a las empresas retadoras por dejarnos entrar en sus empresas durante 24H intensas, y un “ole” por todos esos participantes, por el interés mostrado, y buen ambiente que estuvo presente todo el día y toda la noches.
Nos vemos el año que viene, no lo dudéis.
Un saludo, Edgar
[…] la increíble experiencia del Hackathon, que pusimos en palabras en esta entrada de nuestro blog, nos quedaba hilvanarlo todo en un vídeo que resumiera cómo fue la experiencia. Y ha sido una […]
[…] todos los detalles, recordamos cómo fue la II Edición del pasado mes de septiembre. Aunque aquí os contamos cómo fue con detalle, queríamos conocer el punto de vista de los mentores sobre los participantes y las empresas. Ellos […]