Innova&Acción Business Challenge 2019

T R E M E N D O S
Innova&Acción Business Challenge 2019

Hubo un momento, alrededor de las dos de la madrugada, en la que los chicos chillaban y saltaban en la sala común desarrollando una de las metodologías que habíamos preparado para ellos. Se reían e interactuaban como si llevaran toda la vida juntos. Pero hacía escasas doce horas eran completos desconocidos. Y a esa intempestiva hora de la madrugada, ya habían sacado ideas descomunales que se estaban materializando en proyectos a presentar al día siguiente. Y pensamos, de esto trata el Hackathon. De lo magnífico que es el ser humano.

Llevamos tres ediciones y de las tres nos marchamos pensando lo mismo. Subestimamos mucho lo que somos capaces de hacer. Vivimos en rangos de comodidad, de zona de confort, de ir repitiendo cada día la misma rutina. Pensamos que ahí está nuestro máximo. Y nada más lejos de la realidad. Tenemos un potencial latiendo bajo la piel que pide ser despertado. Quizás esta sea una manera un poco drástica, ¡obvio que sí!, pero es un buen ejemplo que demuestra que no hace falta más que una mente preparada y disposición para llegar donde queramos. Y eso nos lo demostraron los allí presentes.

No vamos a contar lo que hicimos minuto a minuto. Seguimos un programa diseñado al milímetro para sacar lo mejor de nosotros mismos y así lo hicimos. Pero queremos quedarnos con todos los que hicieron que esta III Edición fuera un éxito brutal.

Desde Innova&Acción pusimos en marcha un proyecto hace dos años que en un primer momento nos parecía una auténtica locura. Organizar el primer y único Hackathon de innovación aplicado a retos empresariales reales en España nos daba vértigo y a la vez, nos parecía tan tentador que no pudimos hacer más que lanzarnos a por ello. Teníamos muchísimo trabajo por delante y conseguimos hacer una primera y una segunda edición. Pensar que acabamos de clausurar la tercera y que la cuarta ya tiene espacio en nuestra mente es más que un sueño. Lo más complejo quizás se conjuga en dos ámbitos; por una parte crear una metodología eficaz, compleja, profunda y resolutiva que conduzca durante 24 horas el trabajo de un centenar de personas hacia soluciones dispares (de negocio, logística, venta, producto, diseño, etc) y por otra, captar a las empresas y a los participantes capaces de darnos todo de sí mismos.

Las bases las pusieron las empresas. Una generosidad sin límites. Lo hemos dicho por activa y por pasiva, abrirse en canal de esta forma es de valientes. Hace ya meses que se sentaron con nosotros y con honestidad, plantearon sus retos. Problemas. Incertidumbres. No sin cierta preocupación, ¿de verdad estos participantes serán capaces de llegar a algo? Nosotros les pedimos confianza. Chovi, Dacsa, Depuración de Aguas del Mediterráneo, DS Smith Tecnicarton, ITV IceMakers, Kamax, Tirant lo Blanc y Grupo Gimeno nos la dieron.

Tuvimos que analizar muy bien a quién íbamos a invitar a participar, así como profundizar bien en las empresas que llamaron a nuestra puerta porque deseaban formar parte de la aventura. No todas las empresas están preparadas para sumergirse en un Hackathon. Nuestro equipo pasó meses desgranando esta etapa, hasta que ocupamos las ocho plazas disponibles.  Estas organizaciones fueron capaces de ofrecer toda la información posible para que pudiéramos trabajar en crear un reto complejo y directo, interesante y específico. Una vez tuvimos los retos, nos pusimos a diseñar equipos de alto rendimiento a medida, una suerte de ‘dream teams’ que fueran capaces de desmontarlos de un plumazo.

Nuestro equipo de Recursos Humanos hizo la magia. Encontraron los profesionales perfectos que necesitábamos para cada una de las empresas. Conjugaron carreras universitarias, másteres, idiomas, capacidades y momentos profesionales perfectos para poder sentar en cada mesa al personal necesario. Y no solo eso. También personalidades. Bien sabe quien trabaja en gestión de equipos que no puede haber muchos gallos en el mismo corral. O demasiadas hormigas trabajadoras. Los grupos debían estar compensados, debían estar familiarizados con el trabajo en equipo y, además, tener ganas de llevarse al límite. Sin dormir. Se dice pronto, pero es agotador. No hay cafés que aplaquen cierta cantidad de sueño.

Estamos muy orgullosos de los equipos formados. Fueron una prueba más de que el talento se abre paso generación tras generación si hay voluntad. Y estos chicos tenían de sobra. Vinieron chicos y chicas de toda España, ¡de todo tipo de titulaciones! De rangos de edad distintos, pero con la ilusión y el hambre pintados en la mirada. Preparados para una noche larga, pero también para sacar las mejores ideas de su mente.

Os vimos esforzaros al máximo, saltar de alegría, escribir incesantemente, buscar información, correr por los pasillos, chocar las manos. También os vimos cansados, perdidos, frustrados, en ocasiones enfadados y sin saber qué hacer. Las personas con talento se distinguen por saber levantarse y seguir. Y nadie de allí se fue decepcionado. Orgullo absoluto por vuestra implicación e ilusión, fue impecable. Fuisteis maestros sin querer serlo.

Pero empresas y participantes no podían hacer solos la magia. Necesitaban algo que empastara su talento, que lo dirigiera, que les mostrara el camino a tomar y que les evitara ciertos errores. Eran los mentores. La gasolina de nuestro Hackathon. Ramón Puchades, Jorge Segado, Juan Francisco Carró, Juan Pastor, Andrés San José, Ángel Barbero, Manuel Laborda y Jordi Mauri estuvieron presentes en la III Edición de nuestro Hackathon.

A nuestro favor debemos decir que la mayor parte de ellos estuvieron presentes en la II Edición (¡alguno incluso en la primera!) y que repitan para nosotros es un orgullo. Su trabajo en esas veinticuatro horas fue resultado de una metodología estudiada y cuestionada minuto a minuto por nuestro equipo de Innova&Acción para sacar el máximo resultado posible. Tienen que tener herramientas y habilidades para convertirse en psicólogos, padres, entrenadores, sargentos, guías y animadores. Una amalgama compleja de gestionar, pero para ellos, una hazaña lograda.

Son personas bastante peculiares. No hablaremos de los atracones a bollería, ni de los sofás que cambiaron de sitio a mitad noche, de los bailes de madrugada, de los gritos de triunfo, de las risas histéricas, de que a veces fuisteis los más salvajes del edificio. Sois puro talento. Gracias.

Este grupo de mentores contó con el inestimable apoyo de colaboradores que velaron porque todo el trabajo saliera adelante y sin duda fueron parte indispensable del éxito del Hackathon. Desde aquí, nuestra más sincera admiración para Camila Hurtado, Álvaro Calvo, Fede de Luna, Edgar Sancho, Ana Grau, Trini García, Alain Carrasco y Karina Virrueta.

Las paredes entre las que ocurrió la magia tuvieron mucho que ver. No es lo mismo estar durmiendo en una celda que en la cumbre de los Andes, ¿no es cierto? Barreira fue el espacio perfecto para que las ideas fluyeran de forma sin igual. El equipo de trabajo de este centro de estudios nos puso todas las facilidades posibles (¡teniendo en cuenta que ya están en periodo lectivo y que su actividad cultural es incesante!) para que pudiéramos emplear nuestras horas en resolver los retos. Desde aquí, un agradecimiento sincero a Susana Milán, cuyo entusiasmo por el Hackathon nos hizo todo muy fácil, así como a todo su equipo, que se implicaron tanto como nosotros en que las bambalinas del evento funcionaran a la perfección.

Cuando llegó la una del mediodía del sábado, tocaba presentar los retos en público. A lo largo de las horas anteriores los chicos tuvieron oportunidad de obtener feedback tanto de sus mentores como de mentores ‘vecinos’, así como de las empresas. Al final, son ellos su público, quienes deben implementar la solución. Sus opiniones y apuntes fueron fundamentales para crear retos sorprendentes y dejar con la boca abierta a todos los asistentes. El jurado, compuesto por Bruno Broseta (¡tercer año consecutivo, gracias por la confianza!), Javier Mateo y Javier Bernárdez, que tuvieron la compleja tarea de escuchar las dieciséis soluciones y quedarse solo con una.

Y menuda solución. Menudo equipo. No podemos parar de ver el vídeo en el que Vértice saltan de sus asientos y bailan su danza grupal (no nos pidáis que lo expliquemos) mientras el resto aplauden y les vitorean. Trabajaron 24 horas para solucionar el reto de DS Smith Tecnicarton y consiguieron llevarse a casa el cheque de 3.000€ de premio.

Teníamos un día diseñado al minuto (sin exagerar) para que los ocho retos se resolvieran. Todo el equipo de Innova&Acción (Maite Mateo, Amadeo Penella, Lucía Pérez, Andrea Canós, Iria Lago y Ana Bort, capitaneados por Olga Broto) fuimos como pequeñas arañas teniendo una red de trabajo que entre el viernes y el sábado fue creándose. Delicada, pero fuerte. Un trabajo de ingeniería animal que tenía detrás un año de preparación. Metodología, selección de talento, trabajo con empresas, logística, comunicación… Todo funcionando a la vez. Increíble.

Aunque la verdad, el premio nos lo llevamos todos un poco. En tiempos de incertidumbre, de crisis de valores, de falta de compromiso, de cambios constantes, hay algo que permanece. Una idea poderosa que emana de nuestro Hackathon Innova&Acción Business Challenge y que nos da aliento. Si nos esforzamos, si ponemos nuestro talento a trabajar, somos capaces de cualquier cosa. Confiemos en nosotros mismos, que las musas nos pillen estudiando, mejorando, esforzándonos, sacando lo mejor de nuestras mentes. Solo así avanzaremos. Somos más capaces de lo que podemos pensar. No hay límites. Con esa enseñanza nos quedamos. Gracias a todos los tremendos participantes que han fortalecido esta idea. Nos vemos el 25 y 26 de septiembre de 2020 con la cuarta edición del Hackathon Innova&Acción Business Challenge.

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